Alegres, soñadores, amables, atrevidos, entusiastas,
extravagantes, sin vergüenzas, impertinentes, gritones… creativos. ¡No existen
ni las teorías ni las reglas! ¡Al cuerno los renacentistas y sus perspectivas y
todo aquel que se empeña en atar los colores a cientos de palabras que llenan páginas
y páginas de libros, al cuerno también! Mi límite no es la fuga, tampoco la
composición, solo la libertad de poder hacer y contar lo que quiera y como
quiera, no hay lugar para los remordimientos…
Los niños son libres, no saben equivocarse cuando se trata
de dibujar, imaginar o crear, simplemente no hay errores. Hoy Eva me contó con
su cara más sonriente y tímida, y sobre todo en muy muy pocas palabras, lo que
a los adultos nos costó mucho entender. A sus seis años se propuso enseñarme
como era su comedor, con su mesa con sus cuatro patas y su silla claro, porque
al lado de una mesa siempre tiene que haber una silla (me explicó). Sobre ésta
hay un frutero lleno a rebosar de peras, plátanos y fresas, está claro, es
evidente y no hay ninguna duda. La pequeña rebelde rompe las reglas sin saberlo,
usa su lenguaje para contar aquello que no sabe explicar con palabras.
1 comentario:
Pues a mí me comía la curiosidad y le pregunté que había en el plato de atrás y me dijo que era un pollo, yo solo vi el zanco. Hermoso texto para “un dibujo total” un beso.
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